LA MELODIA DEL AMOR - CAPITULO 4



—El local está abarrotado, Shin Hye —dijo Hong Ki con emoción al día siguiente, cuando Shin Hye esperaba para salir al escenario.
Podía oír los sonidos del público, que hablaban ruidosamente mientras esperaban que hiciera su aparición, y supo por el volumen de ruido que el Teatro en el que iba a actuar aquella noche debía de estar realmente lleno.
—Ya te dije que pasaría esto en cuanto la gente se enterara de tu éxito de anoche —continuó Hong Ki felizmente, y la abrazó —Estás de vuelta, Shin Hye.
¿De vuelta a dónde?, pensó ella. Eso era lo que la preocupaba. Había estado trabajando duro para aquella noche, pero la idea de volver a ver a Yong Hwa… Aquella noche, antes de que Hong Ki y ella salieran del hotel, le había enviado otra rosa, haciéndole saber con total certeza que sabía dónde iba a cantar.
—Trata de animarte —le reprochó Hong Ki con el ceño fruncido —Has trabajado muy duro para llegar hasta aquí.
Tenía razón, Shin Hye lo sabía. No podía permitir que Yong Hwa lo echara a perder. Como le había echado a perder tantas cosas en el pasado…
Se había sentido agitada horas antes pensando que Yong Hwa podía ir a buscarla al hotel. Pero el tiempo había transcurrido con relativa calma y después de pedir la comida al servicio de habitaciones, Hong Ki y ella sólo habían salido de su suite durante un par de horas para disfrutar de las areas de comodidad del hotel… Y Shin Hye había empezado a relajarse.
¿Pero estaría Yong Hwa entre el público aquella noche? Lo lógico era suponer que sí. En el programa del festival figuraba exactamente cuándo y dónde actuaría aquellos tres días. Lo que la intranquilizaba era la idea de que estuviera entre el público, observándola en silencio cuando ella no podía verlo. La segunda rosa que había enviado al hotel parecía prometer que sería así, a pesar de las protestas de Hong Ki de que se olvidara de la rosa y de Yong Hwa. Sabía mejor que nadie lo mucho que lo intentaba… También debía saber lo imposible que le resultaba.
Hong Ki la agarró con fuerza por los hombros, y Shin Hye contempló su atractivo rostro de niño.
—Recuerda, Shin Hye, no te entristezcas, enfádate —le dijo— No le des a Yong Hwa la satisfacción de echarte la noche a perder.
No era ninguna sorpresa que Hong Ki supiese exactamente qué, o quién, la molestaba; siempre habían sido amigos, pero mucho más últimamente, y Hong Ki parecía saber lo que estaba pensando antes de que ella misma se diera cuenta.
—Tienes razón.
Se estiró con aire resuelto. Era una figura delgada vestida completamente de negro: tacones altos, una camisa de seda con el cuello abierto y su pelo largo, cayéndole en cascada por la espalda. Largos pendientes de plata se balanceaban junto a su cuello. Era la única joya que llevaba. Sus delgadas manos y muñecas estaban libres de adornos.
—Es la hora —le dijo con una sonrisa brillante y tranquilizadora.
El teatro municipal era mucho más grande que el club de la noche anterior y, cuando Shin Hye salió al escenario, vio que estaba abarrotado de público… un público que empezó a aplaudir y a aclamarla en cuanto apareció. Su nerviosismo cedió instantáneamente ante aquel espontáneo recibimiento y dio paso a su profesionalidad. Sonrió con confianza al gentío mientras empezaba a tocar los acordes de su primera canción.
Trató de no escrutar el mar de rostros mientras actuaba, con temor y a la vez con esperanza de ver aquel rostro tan familiar. Pero había demasiadas personas aquella noche, demasiadas ovaciones canción tras canción, y al final tuvo que renunciar a mirar. No serviría de nada que divisara a Yong Hwa entre los presentes. De hecho, podía ser contraproducente.
Su actuación era más larga aquella noche, de una hora en total, y se sintió como en los viejos tiempos, disfrutando lo mismo que el público. ¡Y entonces, ocurrió la catástrofe!
No fue algo tan fuera de lo normal. No fue realmente una catástrofe. Sólo que era lo último que habría deseado que ocurriera aquella noche. Una cuerda de su guitarra favorita se rompió, y la otra estaba en el cuarto donde había estado esperando para salir al escenario.
Lanzó una mirada a Hong Ki, que la observaba desde los bastidores, y él le hizo un gesto de haber entendido lo que ocurría antes de alejarse en busca de su otra guitarra. Shin Hye se volvió para dejar su inservible instrumento en la plataforma que tenía detrás. Tendría que cantar la siguiente canción sin acompañamiento.
Hubo un murmullo solidario entre el público al darse cuenta de su dilema, y la alentaron con otra ronda de aplausos antes de que empezara a cantar. Su voz era clara, y el timbre con el que entonaba llegaba a todos los rincones de la sala. Se hizo un silencio de admiración.
Entonces, Shin Hye se dio cuenta de que no estaba cantando sin acompañamiento, y que reconocía perfectamente la guitarra que estaba oyendo. Se volvió bruscamente hacia la izquierda, y sus peores sospechas sobre por qué la sala se había quedado de repente tan en silencio se confirmaron. Yong Hwa había subido al escenario y estaba detrás de ella, tocando su guitarra.
Shin Hye no lo había visto hacía mucho tiempo, y se percató de los cambios que había en él. En realidad no había muchos cambios sus ojos seguían siendo igual,  pero tenia una mirada cansada en su rostro; sus labios expresaban severidad y hacia juego con el arrogante ángulo de su mandíbula.
Estaba vestido casi de la misma forma que Shin Hye, pantalón de color negro y una camisa de seda negra abierta al cuello.
Siempre solía vestirse así cuando cantaban juntos, años antes.
Miró a Shin Hye con aire desafiante cuando su voz se quebró al verlo, y supo perfectamente por qué la estaba mirando tan sombríamente: «El espectáculo debe continuar» había sido siempre el lema de Yong Hwa. Por encima de todo. Como Shin Hye sabía por experiencia…
Yong Hwa continuó tocando la melodía con su guitarra, mirándola con expectación y con un ceño que la ordenaba que volviera a cantar, que le diera al público lo que estaba esperando.
Pero estaba equivocado. El público no estaba esperando a que ella volviera a cantar. Al sorprendido silencio ante la inesperada aparición de Yong Hwa siguieron conversaciones susurradas que trataban de confirmar que realmente era Jung Yong Hwa  el que estaba de pie en el escenario junto a Park Shin Hye.
¡Hasta a Shin Hye le costaba creerlo! ¿Cómo se atrevía? Como Hong Ki había dicho, «No te entristezcas, enfádate». Y estaba enfadada… de hecho, estaba furiosa. ¿Cómo se atrevía Yong Hwa a hacerle aquello?
—Canta —murmuró entre dientes mientras mantenía una expresión totalmente impersonal para los que los observaban con tanta curiosidad.
¡Cantar! Shin Hye no sabía si iba a poder emitir un solo sonido, y mucho menos una nota. No habían estado juntos en un escenario desde hacía tanto tiempo que…
—He dicho que cantes —masculló otra vez, tocando de nuevo la introducción a la canción.
Shin Hye podía ver a Hong Ki entre bastidores, con su otra guitarra en la mano, y supo que se había quedado helado al ver quién estaba de pie junto a ella. Pero también sabía que no podía hacer nada al respecto, al menos sin provocar una escena. Y eso era lo último que deseaban delante de tanto público.
Pero Shin Hye necesitaba su guitarra para poder continuar… aunque sólo fuera para poder agarrarse a algo. Cruzó el escenario rápidamente para tomar el instrumento de manos de Hong Ki, que no se lo negó.
—¿Qué demonios…? —murmuró Hong Ki con furia mirando al otro hombre.
Shin Hye sacudió la cabeza sin decir palabra. De momento ninguno de los dos podía hacer nada, tendría que limitarse a seguir adelante con la actuación. Sonrió con total profesionalidad al volver a mirar al público, y había posado los ojos sobre Yong Hwa pero sin verlo. Tal vez si no lo mirara sería capaz de sobrevivir a aquello. Tal vez…
Empezó a cantar acompañándose con la guitarra, consciente de que su técnica no era tan buena como el estilo complejo de Yong Hwa. Pero siempre había sido así, tenían estilos distintos, pero se complementaban a la perfección.
Yong Hwa había escogido, deliberadamente pensaba Shin Hye, una de las canciones que solían cantar juntos, y a medida que se acercaban al estribillo, esperó con tensa expectación a que Yong Hwa se uniera a la melodía. Su voz siempre había sido potente y grave, un contraste idóneo para la suya, más aguda y gutural.
Incluso Shin Hye sintió que la piel se le ponía de gallina al ver cómo armonizaban a la perfección. Dios santo, parecía que no habían dejado de cantar juntos, que habían estado ensayando aquella canción durante semanas preparándose para el festival. Y sin embargo, no se habían visto desde hacía tres años, y no habían cantado juntos desde mucho antes…
El público se volcó en aplausos cuando resonaron los últimos acordes de sus guitarras, reconociendo en seguida la exquisitez de su actuación. Pero siempre había sido así cuando tocaban juntos: una completa compenetración, una comprensión que iba más allá de la música.
Pero Shin Hye no conseguía mirar a Yong Hwa, y su corazón se encogió al ver que los espectadores querían oír más. No les culpaba por su entusiasmo, estaban presenciando algo que nadie esperaba que volviera a ocurrir: Yong Hwa  y Park Shin Hye cantando otra vez juntos en un escenario.
—« More than love» —improvisó Yong Hwa en voz baja, haciendo referencia a una canción que habían grabado juntos hacía varios años y con la que habían tenido mucho éxito.
Shin Hye lo miró con aspereza, sin esforzarse por obedecer su orden.
—Ya no te necesito, Yong Hwa —le dijo también en voz baja. Los dos eran conscientes de los micrófonos que tenían delante. La expresión de Yong Hwa se endureció.
—Nunca lo has hecho. Pero en este momento tenemos un público al que complacer —murmuró con brusquedad—. « More than love» —repitió, con una firmeza que no toleraba discusión, y se entregó en seguida a la introducción rápida a la canción.
Aquello superaba las peores pesadillas de Shin Hye. Pero el público estaba jubiloso de alegría y se negaba a dejarles acabar pidiéndoles canciones una y otra vez. Shin Hye había pensado que no volvería a cantar muchas de ellas.
Actuó sin mirar a Yong Hwa. Se dio cuenta de que no podía mirarlo, le traía demasiados recuerdos. Recuerdos que prefería olvidar…
—Hemos agotado nuestro tiempo —le dijo por fin, y se sacó la correa de la guitarra por la cabeza, una señal para el público de que había terminado. Echó hacia atrás su brillante manto de pelo.
Yong Hwa no se quitó la guitarra.
—Quieren más —le dijo con ironía. La mayor parte del público estaba de pie, presintiendo que se iba a acabar la atracción principal de la noche, y probablemente de todo el festival, y no tenían deseos de renunciar a aquel regalo.
Los ojos de Shin Hye brillaron al mirarlo.
—Hay otras personas esperando para actuar —le recordó rígidamente. El siguiente artista llevaba diez minutos esperando entre bastidores y estaba hablando a Hong Ki con voz animada, pero Hong Ki no parecía muy comunicativo y su mirada fiera permanecía fija en Shin Hye y en Yong Hwa.
Yong Hwa lanzó una mirada a los dos hombres que estaban entre bastidores, e ignorando el ceño de Hong Ki, sonrió al ver que el otro hombre los animaba a continuar.
—No parece que le importe —le dijo Yong Hwa a Shin Hye con satisfacción.
—Pero…
—<<First love>>—insistió Yong Hwa con desafío.
Al decir ese nombre evocó con más fuerza los recuerdos que tenía de él.
Como podia sugerir que cantaran «su canción»…?
Podía sentir que empalidecía sólo de pensarlo. La había cantado la noche anterior porque eso era lo que el público esperaba. Pero lo había hecho sola. ¡Con Yong Hwa, no podía cantarla!
—Claro que puedes, Shin Hye —dijo Yong Hwa con brusquedad, y Shin Hye comprendió que debía de haber vocalizado su protesta—. Puedes hacer todo lo que te propongas.
Shin Hye lo miró con aspereza y vio la acusación en sus ojos fríos.
—No quiero hacerlo —le dijo con furia.
—Deja de comportarte como una niña mimada, Shin Hye —el tono frío de su voz fue como una bofetada—. Has decidido reaparecer en público y tienes que darles lo que quieren.
Era evidente, dado el clamor con que los alentaban, que lo que querían era que Shin Hye y Yong Hwa continuaran… durante toda la noche si era posible. También era evidente que Yong Hwa estaba encantado de hacerlo.
Con él siempre había sido así: los sentimientos de los demás siempre le habían importado más que los de Shin Hye. No había cambiado y nunca lo haría.
—Está bien, Yong Hwa, tocaremos esta última canción —accedió, volviéndose a colocar la guitarra—. Y luego, saldré del escenario. Después, no quiero volver a verte nunca —le dijo con voz firme e inflexible, pero las palabras resultaron infantiles por su intensidad. Aunque era la verdad. En cuanto abandonara el escenario aquella noche, no quería volver a estar junto a él.
—Tal vez puedas hacer lo primero —murmuró en voz baja antes de volverse al público expectante—. En cuanto a lo segundo, tal vez no tengas opción —añadió con voz sombría.

Shin Hye lo miró con severidad. ¿Qué había querido decir exactamente con aquel último comentario?

2 comentarios:

  1. Morí con este cap, aigoo! Quiero saber que sucedió en el pasado, Shinhye se fuerte Unnie... Creo que me quedé igual de fría que ella, ¡juntos en el Escenario! Omo espero con ancias el siguiente :D

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  2. OMG! please continualo ;; Espero con muchas ansias el proximo capitulo, te quedo muy bueno, en serio. Esta... ¡Daebak! lml

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